viernes, 20 de noviembre de 2015

El éxito de saber gestionar los fuegos

Foto : Plaza Deportiva

FERRAN ANDRÈS I @ferranandres
12 victorias en 12 partidos. A sólo 8 de igualar el mejor arranque en la historia del club. Este es el inmaculado balance que presenta Valencia Basket en una temporada que empezó a lo grande con el asalto a la pista del Real Madrid. Las sensaciones son fantásticas, el equipo transmite confianza y criterio a cada paso pero pecaríamos de simplistas si intentamos argumentar la racha en base sólo a la calidad o criterio del equipo. ¿cuál es elemento diferenciador para que un grupo con 8 caras nuevas incluyendo el entrenador, una rotación de 13 jugadores y un juego interior totalmente remozado no haya sido capaz de ser derrotado aún?

Una de las claves para entender porqué tantas victorias puede residir en el entrenador y en su gestión de los minutos de cada jugador. En un equipo como el Valencia Basket 2015-2016, con tantos jugadores aptos y pocos minutos para satisfacer los deseos de todos, la gestión de los egos de cada jugador supone un elemento fundamental que puede llevar al grupo al éxito o al más absoluto fracaso. Un vestuario unido y fuerte, dónde todos se sienten importantes e impera el buen ambiente es capaz de ganar partidos, que, debido a las circunstancias se perderían.

Pedro Martínez se ha tenido que encontrar desde el primer día con este problema. No es fácil cuando tienes que dejar sin jugar a un jugador necesitado de minutos para aportar como Lucic o a  una vaca sagrada como Sato en el banquillo. Lo fácil es seguir apostando por ellos independientemente de su estado de forma, evitando así confrontar con un jugador muy valorado dentro del vestuario. Perasovic y más tarde Carles Durán lo hicieron escurriendo el bulto a pesar de que su bajón era más que obvio.

Pedro Martínez probó dándole galones en el estreno de la temporada ante el Real Madrid a pesar de que su estado no era ni de lejos el ideal, en una nueva muestra de confianza hacia el centroafricano pero Sato, ya en la segunda temporada muy por debajo de su nivel, volvió a fallar. Y ahí llegó la hora de tomar decisiones. Martínez sorprendió a todos con el BANQUILLAZO a Romain tres días después en Nancy pero calmó las aguas con la titularidad ante el Joventut, dónde volvió a hacer un partido regular tirando a malo. Y así hasta ahora, dónde Valencia Basket presenta un inicio espectacular, gracias en parte a Pedro Martínez, que está sabiendo salvar con hechuras su decisión más complicada desde que llegó a la capital valenciana. Parecida es la situación de Lucic, que se alterna los partidos en blanco con el ex de Xavier. El serbio parece perdido, sin un rol definido y con una dificultad añadida para tener minutos en el futuro, el estado de forma del incombustible San Emeterio y del guerrillero Sikma. Tal vez las lesiones de los interiores puedan volver a hacerle entrar dentro de la velocidad de crucero que lleva el equipo.

Ambos saben que si un partido no juegan, en el siguiente serán hasta titulares, lo que evita caras largas en el banquillo durante los partidos y permite mantener la cohesión del grupo. Todos suman, todos aportan porque todos saben que, sea miércoles o domingo, van a tener su oportunidad.

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