viernes, 29 de mayo de 2015

La tormenta perfecta de Valencia Basket arrasa Miribilla

La tormenta perfecta
La gran lectura del encuentro por parte Durán, que por fin leyó bien las necesidades de su equipo en cada momento, unida a la reafirmación de actores inesperados dejan a Valencia Basket a un paso de su segunda semifinal consecutiva.
Foto : ACB

Negras y tenebrosas nubes se avecinaban en el horizonte de Valencia Basket cuando Bilbao firmó un parcial de 14- 0 a la salida del descanso. Los 'taronja', que se habían ido 8 arriba al descanso (38-46) merced a un parcial de 2-15, se veían de nuevo en la desesperanzadora tesitura de tener que volver a remar hacía una orilla dónde, por antecedentes, tenían todas las de morir ahogado. El partido no había sido ni mucho menos fácil hasta ese momento para Valencia Basket , que había tenido que soportar el empuje vizcaíno mediado el segundo cuarto (28-21) para remontar a base de triples sobre la bocina (33- 29), pero había conseguido llevarse una renta desahogada para aguantar las acometidas vascas en el segundo período. El castillo de naipes se vino de nuevo abajo en cuatro minutos de descalabro. Tocaba volver de nuevo al orden, apelar al trabajo colectivo del grupo, y a la heroica, tan idónea en estos PlayOff. Era la hora de los valientes. El momento que decidía si Valencia Basket tiraba por la borda una temporada muy por debajo de las expectativas o demostraba que aún tiene mucho que decir en la misma.

No iba a bastar con Van Rossom y Ribas. En juego no estaba sólo la temporada sino el orgullo de un grupo ávido de éxitos. Y allí aparecieron TODOS. Los Sato, Dubljevic, Lucic, Aguilar y Vives, unos en la anotación y otros en el trabajo sucio, aparecieron para firmar de nuevo  un parcial de 2-15 que sirvió para finiquitar el partido y cómo reivindicación personal. Mención especial merece Guillem Vives, que se echó el equipo a la espalda cuando su equipo más lo necesitaba. Fue la victoria del colectivo, de un grupo que ha vivido en una convulsión contante durante 8 meses pero que llega  en el mejor momento de forma al momento decisivo de la temporada. Estas son las claves de una tormenta perfecta :

1. La confirmación de Guillem Vives. El base catalán no dudo en echarse al equipo a la espalda cuando peor pintaban las cosas y Van Rossom estaba fuera de combate. Dirigió a su antojo en la noche que paso de promesa a realidad. Al mismo tiempo que ponía orden y clarividencia en el juego de los suyos se echaba el equipo a la espalda con 2 entradas a canasta y sendos triples.

2. La aparición de Sato. Un león siempre es peligroso. Y si está herido más aún. Romain Sato volvió a ser el jugador que todo el mundo conoce y reconoce en Valencia. Llegaba tras una temporada muy mala, dónde ha bajado demasiado el nivel respecto a la temporada anterior, lo que unido a sus problemas físicos han sido el cóctel explosivo de un jugador que depende completamente de su físico. El centroafricano apareció en los momentos decisivos con canastas de cuña propia, dejando claro un mensaje ''yo no me rindo''. Muchas de las opciones de llegar lejos de Valencia Basket en este PlayOff dependerán de su aportación y raza.

3. Los intangibles. Valencia Basket no podría haber tomado Miribilla sin esos factores que no salen en las estadísticas pero deciden partidos. Todo empezó cuando Loncar encabronó a la afición bilbaína mediado el segundo cuarto, en el primer momento difícil del partido para Valencia Basket. El croata, perro viejo en estas lides, supo jugar el otro partido, el de los nervios y el pulsómetro, casi tan importantes como el de la cancha. Luego, ya en el tercer cuarto, aparecieron Lucic, Aguilar para dotar de solidez la defensa valenciana y el talento de un irregular Dubljevic para cerrar el partido.

4. Acertada dirección de Durán desde el banquillo. El técnico catalán fue uno de los grandes ganadores en la noche de ayer. Llegaba con muchas dudas y criticas alrededor de él, pero se sobrepuso de manera genial. Supo leer en cada momento que necesitaba el equipo, acertó moviendo frenéticamente  el banquillo cuando Bilbao remontaba en busca de la solución y acertó. Le ganó la batalla a su probable sustituto. Fue el gran triunfador individual de una noche dónde triunfo el nosotros, el todos.

Valencia Basket ha dado el primer y fundamental paso, en La Fonteta no debe haber concesiones. Not in my house.


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