Ferran Andrés I @ferranandres
(Reposición, Reportaje Marzo 2014)
Mil y una batallas ha tenido que librar Sato para llegar
donde está. Desde su Centroáfrica natal, pasando por un proceso de adaptación y
crecimiento a la vida y al baloncesto
destapó todo su potencial en la universidad, con la NBA como telón de fondo,
hasta saborear las mieles del éxito en Europa dónde lo ha ganado casi todo. Sólo
le queda la Eurocup, dónde este año su equipo se ha colado en la final por
tercera vez en los últimos cinco años.
La vida Romain Sato es una de esas historias que merece
ser contada cómo ejemplo de cómo la
capacidad de lucha, superación y confianza dan sus frutos. Una de esas historias fascinantes que de vez en cuando nos
regala este deporte. Romain-Guessagba-Sato-Lebel, más conocido como Romain Sato, jamás lo tuvo fácil. Con
apenas 5 años obligado a huir junto a sus 3 hermanos de las llamas que
devastaban su casa y se llevaban por delante la vida de su padre. En una
carrera interminable hacia la salvación situada en el aeropuerto de M’poko, su
ciudad natal, resonaba en su cabeza aquella eterna pregunta que
desgraciadamente jamás tenga respuesta ‘’¿Por qué?’’. El suceso marcó para
siempre a la familia, huérfana de una figura paterna, y aceleró el proceso de
madurez del pequeño Romain y sus tres hermanos Honore, Pisca y Rachelle. Su
madre, una vendedora de aceite y productos para el hogar, tuvo que
multiplicarse para atender a sus 4 pequeños. En ese contexto, Sato aprendió de
ella “muchas cosas, como que debía trabajar duro para sobrevivir y que nada
sería fácil” tal y cómo relata Romain en Daniel Barranquero un extenso
reportaje publicado en la web de la ACB.
La afición por el baloncesto se fraguó entre partidos de
fútbol, dónde tras finalizarlos ‘’echaba unos tiros y al final empecé a
enamorarme de este deporte”. Con 11 años el equipo local, el Red Star Dongo
Club, le vistió su primera camiseta de baloncesto. Verde, un color que unos
cuantos años después le iba a llenar de gloria y felicidad. Romain siguió
creciendo hasta convertirse en uno de los mejores jugadores de su generación, pero
la situación político-social de su amada Centroáfrica impedían que el muchacho de 1’90 y condiciones indiscutibles para
este deporte pudiera seguir creciendo. Entonces llegó su oportunidad. Con apenas
18 años y aprovechando los contactos del presidente de la federación de su país
y la organización “Amigos de África” se marchó a Estados Unidos. Allí le
esperaba la familia Thompson que le dio un hogar en condiciones, mucho mejor
que aquel con el techo repleto de latas en el que creció, y le enseño ingles
colocando carteles al lado de cada objeto de la casa. Romain se adaptó rápido y siguió trabajando
duro en las canchas para aferrarse al sueño que tanto buscaba.
Ya en su primer año de instituto en Dayton Christian
promedió unos impresionantes 26,4 puntos, 15,6 rebotes y 5,3 asistencias que
llamaron la atención de los Xavier Musketeers de la NCAA. La universidad se
puso rápidamente en contactó con él para ofrecerle un puesto en su equipo y
ambos estaban de acuerdo. Pero de nuevo volvieron a parecer las dichosas o
perfectas, según como se mire, dificultades .Un diario se hizo eco de la
contratación irregular de jugadores por parte de la universidad hecho que puso
en serios apuros su fichaje. Pero Romain,
como ya había hecho en mil y un ocasiones, volvió a superarlas.
En Xavier al tiempo que se sacaba su carrera de filología
francesa ,donde cuentan estudiaba hasta las 3 de la madrugada para madrugar al
día siguiente, firmaba unos nada desdeñables 10,7 puntos y 5,4 rebotes por
encuentro en cada partido en un equipo entre sus filas con contaba con David
West o Lionel Chalmers. La importancia de Sato dentro del equipo creció de
manera exponencial en los siguientes dos años dónde los de Ohio cayeron en
segunda ronda del March Madness. El último año se convirtió definitivamente en
el líder indiscutible de los suyos promediando 16 puntos, 8 rebotes y 2,3
asistencias además de convertirse en el jugador con más titularidades de la
historia de la universidad (130), tercer máximo anotador y octavo mejor
reboteador. En el último año en Xavier coincidió con el que ahora ha vuelto a
ser compañero suyo en Valencia, un hombre llamado Justin y apellidado Doellman
que ya empezaba a hacer de las suyas en las canchas universitarias. Justo diez
años después Justin y Sato han vuelto a reencontrarse con el único objetivo de
volver a hacer campeón al Valencia Basket. En verano de 2004 Sato pasó por el
campus Predraft dónde le midieron
1,90 con zapatillas pero una envergadura de 2,10 ; ahí reside el principal
secreto de su capacidad para coger
rebotes y elevarse sobre hombres mucho más altos que él.
Corría la temporada 2005-2006 y había llegado la hora de
dar otro salto. Esta vez al otro lado del charco. Tras una decepcionante
temporada en los San Antonio Spurs dónde no llegó ni a debutar, el
centroafricano se marchó al Sicc BPA Jesi de la Liga B italiana en busca de los
minutos que los Spurs le negaron. Decepcionado pero dispuesto a aprovechar esta
nueva oportunidad Sato se salió,
como era de esperar, se salió y en el último partido del Play-Off firmó
unos impresionantes 43 puntos, 19
rebotes y 51 de valoración. Estaba claro que su sitio no estaba allí. Nada más
acabar el Play-Off firmó con el FC Barcelona para jugar otros Play-Off(los de
la ACB), pero apenas contó con minutos. Ahora, afirmaba en una entrevista a Gigantes poco antes de empezar la liga
ha vuelto a la ACB para “demonstrar lo que valgo , ya que entonces no tuve
oportunidad de hacerlo”.
Tras el decepción de Barcelona, el histórico Montepaschi
Siena apostó fuerte por él y lo firmó. A partir de aquí Romain empezó un idilio
con él éxito que le ha llevado a ganar cada año un título desde aquella
temporada 2006-2007.En el primer año Sato
fue uno de los líderes de aquel mítico Montepaschi Siena firmando unos 13,3
puntos,6,5 rebotes y 16 de valoración que se llevó su segunda LEGA y participó
en la Final Four de la Euroliga en
Madrid dónde cayó ante el Maccabi. Los 3 años siguientes en la ciudad de la
toscana se saldaron con otros tres títulos, siempre con Sato como una de las
principales figuras junto a los Stonerook, Mcyntre... que hicieron de ese Montepaschi un equipo
temido y admirado a partes iguales en el viejo continente. En la última campaña
(2009-2010) Sato se despidió a lo grande firmando 14,9 puntos, 4,4 rebotes para
17,8 de valoración, su mejor temporada, y su camiseta colgando en lo alto del
pequeño Palaestra. No todos pueden
decir lo mismo.
Obradovic y su Panathinaikos llamaron a la puerta con fuerza y Sato
decidió emprender una aventura que le llegaría conquistar su primera Euroliga
en la primera temporada. En la final se encontró con el Maccabi ese equipó que
cuatro temporadas antes le había privado de disputar la final y Romain decidió
tomarse la revancha.13 puntos y 7 rebotes claves para que el equipo ateniense
se llevará su sexta Euroliga la
tercera en 5 años. La liga también fue suya. Al año siguiente Sato ,para no
perder la costumbre, volvió a ganar otro título, la copa de Grecia.
Los millones turcos llevaron al hombre de las siete lenguas(inglés, francés, italiano y cuatro
lenguas africanas) hasta el Fenerbahçe decidido a hacer un proyecto campeón en
el que también se embarcaron Piagnini y
Batiste. Pero las cosas no salieron como él y la mayoría de sus compañeros
esperaban y el ambicioso proyecto turco sólo pudo llevarse una copa. La bestia
no pudo rugir (7,3 puntos,4,3 rebotes) como acostumbraba. Como colofón de fondo
de ese año negro tuvo que pasar un día encerrado en una prisión eslovena al ser
acusado de tener un pasaporte falso cuando se dirigía a embarcar con su equipo
tras un partido en Liubliana. Fenerbahce fue eliminado pronto del Top 16.Para Sato,
instalado en el éxito desde hacía mucho tiempo , aquello fue una decepción. Necesitaba
aire fresco y llegó Valencia Basket.
Nada más llegar a Valencia volvió a reencontrase con un
viejo conocido, ahora convertido en estrella de los suyos, Justin Doellman. Justin
se mostró emocionado al enterarse de la noticia apuntando que “siempre da el
máximo para ganar. Puede defender a cualquiera y hacer daño en todas las
posiciones”. Sato,como era de esperar, se convirtió pronto en uno de los
líderes de un Valencia Basket que marcha segundo en liga con 25 victorias y
sólo 3 derrotas y acaba de clasificarse con solvencia para la final de la Eurocup,
firmando así una de las mejores temporadas en sus 28 años de historia. Sus números
12,1 puntos y 6,3 rebotes en ACB y 9,6
puntos y 5,3 rebotes en Europa, la mayoría de ellas en momentos decisivos de
los encuentros han sido un elemento clave para la consecución, momentánea, del
éxito de los suyos. El club ya ha iniciado los contactos para su renovación. Tal
y como apunta Carles Baixauli, su salario ronda los 350.000 € netos cifra que
tendría que ser aumentada por la gran cantidad de ofertas con las que contará
el alero. Si Valencia Basket juega Euroliga la renovación podría dar un giro
importante a favor de su permanencia en el club “taronja”.
Si hay una frase
que pueda resumir el secreto de
su éxito, Sato lo tiene claro: “Sé que siempre que salgo a la pista voy a ser
más bajo que el alero que tengo delante, la clave es no rendirse. Yo intento
superar a mi rival en dureza e intensidad. Si quiere anotar sobre mí, perfecto,
que lo intente, pero que sepa que va a tener un tiro complicado”. Palabras de
un guerrero que quiere seguir agrandando con títulos su leyenda a orillas del
Túria.