Foto: Guillermo del Castillo / enCancha
Julio F. Santafé I @juliosantafe
La necesidad de introducir
frescura en el equipo tras el palazo de la Eurocup y la coincidencia de la
confirmación definitiva de la baja de Van Rossom hasta final de temporada han
generado la duda de una posible incorporación, lo que hemos dado en llamar un
nuevo tripulante.
Un equipo
de baloncesto es como un barco que surca el mar y los jugadores son su
tripulación. Incorporar un nuevo elemento puede resultar traumático, sobre todo
si hay que echar a otro. Todos tienen que hacer de todo y cada pieza cuenta, no
es como el fútbol que entre más de veinte alguno se puede camuflar. Por eso
cada movimiento, aparte del dinero, se debe hacer con mucho tacto para que no
haya rebelión a bordo.
La Copa
del Rey la tenemos encima, menos de una semana, así que antes de eso es
impensable. Se le podría fichar pero no podría aportar, sería como saltar desde
un helicóptero a un pequeño pesquero en medio de una tempestad. Peor aún si
nada más caer tiene que coger el timón y no domina el idioma ni el sistema
operativo del puente de mando.
La mejor
opción sería un jugador con pasado taronja y más aún si es cupo, con lo cual
surge enseguida el nombre de Víctor Claver, que sería volver a la idea inicial
en la planificación de la temporada. Condiciona algunos temas de club pero
sería llegar y ponerse a aportar. Podría jugar al tres y al cuatro, te resuleve
problemas defensivos y en ataque sigue creciendo.
Otro ex
taronja interesante podría ser Oliver Lafayette, aunque en este caso le restas
físico al equipo al tener que eliminar un comunitario más alto que él. Y otra
opción interesante sería un jugador con largo pasado ACB con incidencia
positiva, como para mí sería el caso de Ryan Toolson. Un europeo que volviese
de la NBA también sería un chollo pero los licenciados se echarían encima de él
como lobos.
Claro,
sacar a alguno de estos jugadores del Lokomotiv Kuban, Milán o Zenit de San
Petersburg se nos antoja imposible pero creo que es preferible mirarlo así. No
se trata de ver qué es lo mejor que hay en el mercado en este momento, sino de
analizar el jugador que nos vendría bien y se podría adaptar en menos de un mes
a este equipo en concreto, para que valiese la pena el sacrificio. Porque lo
que está claro es que uno recién salido de la NBA o de la universidad, o con
escasa experiencia europea, por muy bueno que nos vendan que es, no nos vale.
Por
ejemplo, a mí me ofrecen a Darius Adams hace un año y no lo quiero. Ahora sí,
claro, cuando ya está adaptado a la disciplina de un equipo europeo de máxima
exigencia. De lo contrario nos arriesgamos a que nos la cuelen, y sin perder de
vista que fichemos a quien fichemos en la ACB Madrid y Barça siempre tienen
prioridad, al fichar y en todos los sentidos. El último caso el de Maurice
Ndour, que lo ficha el Madrid para jugar un rato si eso.
Todo esto
sin cerrarnos a una posición concreta, tratando de que sea polivalente, para
que no se note mucho a quien quitas, porque esta plantilla es difícilmente
mejorable. Lo que no puede ser, o resultaría muy traumático, es traer un
ala-pívot, por ejemplo, y sacar a un escolta. Así, por esto y muchos más
motivos cualquier posible incorporación estaría terriblemente condicionada. No
creo que fichen ni considero que sea conveniente fichar, salvo que se trate de
un jugador que dices, mira, nos viene como un guante.
Y, bueno,
a mí el que más me gustaría sería Van Rossom, pero a ése lo tendremos que
esperar cuatro largos meses.
Julio Santafé es director de enCancha y cofundador de El Show de la Canasta FM.
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